ARROZALES DE LA ALBUFERA: MUCHO MÁS QUE EL PRECIADO ARROZ


El Parque Natural de la Albufera de Valencia, España, es un tesoro ecológico de inmenso valor. Declarado Parque Natural en 1986, este humedal cuenta con una historia que se remonta siglos y alberga una biodiversidad única, desempeñando un papel crucial en el equilibrio medioambiental de la zona. A pesar de su riqueza natural, la Albufera enfrenta desafíos considerables, y la recesión de los arrozales se presenta como uno de los problemas más apremiantes. La arraigada tradición del cultivo de arroz, tan ligada a la identidad de la Albufera, se ve amenazada por diversos factores, generando incertidumbre sobre el futuro sostenible de este emblemático enclave.

La Albufera, hogar de un ecosistema acuático único, se enfrenta a una recesión preocupante de sus arrozales, amenazando una tradición que ha perdurado por generaciones. La disminución de la superficie dedicada al cultivo de arroz, impulsada por cambios en las prácticas agrícolas y presiones urbanísticas, plantea un desafío grave para la biodiversidad y la estabilidad del humedal. Este fenómeno no solo impacta la economía local, sino que también compromete la capacidad del ecosistema para filtrar y purificar el agua, afectando negativamente a la calidad ambiental.

La recesión de los arrozales de la Albufera no solo es un reflejo de las transformaciones en el paisaje, sino que también representa la pérdida de una conexión cultural profunda. La preservación de este patrimonio agrícola es esencial para mantener el equilibrio ecológico y salvaguardar la identidad de la región. Enfrentar esta problemática demanda un enfoque integral que combine la conservación ambiental con el apoyo a las prácticas agrícolas sostenibles, asegurando así un futuro próspero y armonioso para la Albufera y sus comunidades.

Tal y como se recoge en el Libro Blanco de Agricultura y Desarrollo Rural:

“La evolución del cultivo del arroz ha sufrido una serie de avatares desde sus inicios en 1403. A mitad del siglo pasado, su importancia era elevada dentro de la agricultura valenciana con

aproximadamente 28.000 hectáreas cultivadas. El punto de inflexión ocurre en 1970, cuando la

superficie de arroz cultivada sufrió una drástica reducción pasando a ocupar 17.048 hectáreas.

Los factores que influyeron en esta reducción fueron, principalmente, la elevada presión urbanística asociada al turismo, así como el desarrollo industrial.

En la última década del siglo pasado, la superficie de arroz en la Comunidad Valencia ha

ido descendiendo de forma continuada hasta situarse en torno a las 14.500 hectáreas, siendo

su principal y casi único reducto el Parque Natural de la Albufera de Valencia.

Los principales factores que influyeron  esta pérdida de casi 3.000 hectáreas son: la progresiva

pérdida de renta, el elevado coste de la mano de obra, la excesiva fragmentación de las

parcelas que disminuye la eficacia de los tratamientos, la competencia con otras zonas productivas de arroz sin restricciones medioambientales, la elevada edad de los agricultores, el cupo máximo de producción de arroz y la entrada de arroz del sudeste asiático con menor coste de la mano de obra.

Toda esta problemática conllevó  la tendencia actual de los agricultores dedicados al cultivo

del arroz dentro del Parque Natural de la Albufera de Valencia, que se dirigió al abandono de

tierras o su transformación hacia cultivos más rentables como son los hortofrutícolas.

Esta doble problemática, abandono y reorientación, implica varias repercusiones negativas. Al

perderse sistemas de cultivo tradicionales como es el arroz tan ligado a la población rural y la cultura y gastronomía mediterránea se pierde, también, un autentico reservorio para la biodiversidad como es el Parque Natural de la Albufera de Valencia.”

“Tras una reducción importante, el arrozal se está manteniendo en áreas próximas a los

humedales litorales incidiendo cada vez con mayor importancia en su función ambiental.

En cuanto a la diversidad biológica el abandono de los campos de arroz provoca una pérdida

irreversible de la superficie dedicada al mantenimiento de la avifauna invernante y nidificante.

Huelga decir que el Parque ha sido declarado Sitio RAMSAR, al cumplir con los criterios

de abundancia de especies invernantes como el pato colorado (Netta rufina) o el pato

cuchara (Anas clypeata), así como Zona de Especial Conservación para las Aves. A nivel

nacional constituye la tercera localidad en cuanto a la invernada de anátidas en la Península

Ibérica, tan solo por detrás de las Marismas del Guadalquivir y del Delta del Ebro.

De igual forma, el abandono del cultivo y su drenaje afectaría negativamente a los hábitats

acuáticos presentes en la Directiva Hábitats (alguno de ellos prioritarios), que cuentan con

una superficie de 10.202 hectáreas: dunas marítimas continentales, hábitats costeros y de vegetación halófita, hábitats de agua dulce y finalmente turberas altas y zonas pantanosas.

Por otra parte, un aumento de la superficie dedicada a los hortofrutícolas empeoraría la calidad

del agua del lago al verse incrementada la cantidad de insumos a emplear, un aumento de

los sedimentos que llegan al lago y finalmente desaparecería el efecto de filtro verde natural

que ejercen las parcelas de arroz. Por todo lo comentado anteriormente, se

puede afirmar que el cultivo del arroz en la Comunidad Valenciana ha tomado, en el presente

siglo, una nueva función que no sólo es el mantenimiento de una calidad reconocida, sino

la protección un Espacio Natural que actúa como reservorio de diversidad no sólo biológica,

sino también, cultural y paisajística. Esta nueva función del mundo rural en los

arrozales, se está potenciado con la implantación de programas orientados al mantenimiento de

sistemas de producción compatibles con la protección del entorno natural, como es el Programa

de Desarrollo Rural, y en concreto, el Programa de Ayudas Agroambientales.

Los objetivos generales expresados en el Programa de Desarrollo Rural para la protección de

la flora y la fauna en humedales, están dirigidos a evitar la contaminación y desecación de las

zonas húmedas, protegiendo el recurso agua tanto en cantidad como en calidad»

Los agricultores apuntan que en esta campaña la merma en la producción puede ocasionar “desabastecimiento” de arroz bomba, muy reclamado en la cocina

Una combinación de plagas a las que es especialmente sensible la variedad y los efectos del cambio climático, son algunas de las razones para entender la bajada en la producción.

Aprende más del parque consultando el Dossier Informativo de la Generalitat Valenciana

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