EVALUACIÓN FISIOLÓGICA DE CINCO LÍNEAS DE ARROZ (ORYZA SATIVA, L.) EN SUELO PARDO ÓCRICO CON CARBONATO DE LA CCS VALLE DE DUMAÑUECO DEL MUNICIPIO MANATÍ, PROVINCIA LAS TUNAS.


AUTOR: DrC. Yoandris García Hidalgo
INSTITUCIÓN: Universidad de Las Tunas .Centro Universitario Manatí.
Mail. yoandrisgh@ult.edu

Resumen
Se realizó un estudio con el objetivo de evaluar el comportamiento fisiológico en cinco variedades de arroz (Oryza sativa, L),en suelo Pardo Ócrico con Carbonato de la CCS Valle de Dumañueco del municipio Manatí se podrá contar con un mayor número de variedades de conocida adaptabilidad, para la selección de las de mejor adaptabilidad. El experimento se desarrollo bajo una temperatura promedio de 23.9 oC, en el periodo comprendido de enero a julio de 2009 poco lluvioso. Se utilizó un diseño experimental en franjas conformado por 5 tratamientos (IAC 27, IAC 33, SELECCIÓN 3, IR 52, IAC 35). Los indicadores fisiológicos que se evaluaron fueron: Peso Promedio del Plantón por variedades. Números de hijos por plantón. Grosor del tallo. Largo de las Panículas. Altura de las plantas. Cantidad de panículas o espigas por plantón. Cantidad de granos por panículas ó espigas. Número de hojas por planta. Masa seca. La variedad IAC 27, fue la que mejor comportamiento tuvo, por lo que se recomienda estudiar sus comportamientos productivos, en áreas con condiciones edafoclimáticas semejantes, al lugar donde se efectuó la investigación. La variedad con peor comportamiento fue la IR 52.
Palabras claves: arroz, (Oryza sativa L.), variedad, rendimiento, panícula.

INTRODUCCION
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que, de las más de 250 mil especies de vegetales superiores clasificadas, el hombre ha utilizado con fines alimenticios, a lo largo de su historia, en torno a tres mil, pero sólo unas 150 se consideran verdaderos cultivos a escala comercial (FAO, 2003 c). Dentro de ellos los cereales ocupan un importante lugar, puesto de manifiesto al constatar que sólo tres especies de este grupo de cultivos (trigo, arroz y maíz), ocupan cerca del 42% de la superficie cultivada y han constituido la base de la alimentación en las culturas mediterráneas, asiáticas y americanas, respectivamente (FAO, 2006).
La alimentación humana forma parte de las prioridades más importantes del hombre, máxime si se tiene en cuenta el ritmo creciente de la población en la última década, se encuentra por encima de la producción de alimento del mundo, para el 2025 se requiere de un 50 % más de alimento que el nivel actual (FAO, 1999) en tal sentido el arroz (Oryza sativa, L.) es vida para las mayores poblaciones del mundo y está profundamente relacionado con el patrimonio cultural de numerosas sociedades.

El arroz (Oryza sativa L.) ocupa el segundo lugar después del trigo considerando la superficie cosechada, pero si se considera su importancia como alimento, proporciona más calorías por hectárea que cualquier otro producto agrícola (FAO, 2007). Actualmente se reporta su cultivo en 113 países y en todos los continentes, salvo en la Antártida (Sanint, 2004; Badawi, 2004), y sus sistemas de cultivos, según el Instituto Internacional de Investigaciones del Arroz (IRRI), se extienden desde China hasta el sur de Australia, desde el clima lluvioso de la selva tropical de África Central a la zona templada continental de Rusia, desde el clima árido del desierto egipcio en el delta del Nilo y las regiones costeras de Guinea Bissau a los 2 700 m por encima del nivel del mar de las montañas del Himalaya (IRRI, 2006).

Se estima la superficie anual de siembra en más de 154 millones de hectáreas con una producción de arroz cáscara de 631 millones de toneladas, centralizándose dicha producción en Asia con el 90.5% y repartiéndose el resto (9.5%) en América Latina (5.4%), África (3.5%), mientras que en Europa y Oceanía apenas se produce el 0.6%. Dentro de los países que mayor rendimiento reportan en el mundo, con más de 6 t.ha-1 se encuentran Australia, Egipto, Corea del Sur, España, Uruguay, Estados Unidos, Japón y China; los menores rendimientos, por continente, se registran en África y América, sin embargo, en Europa y Oceanía se reportan rendimientos superiores a las 5 t.ha-1 (FAO, 2007).
Por otro lado la pobreza, la desigualdad y la inseguridad alimentaria son los problemas más cruciales y persistentes a los que debe enfrentarse la humanidad. Su mitigación es, o al menos debiera ser, elemento central de cualquier esfuerzo significativo de desarrollo (Visiani et al., 2001). En tal sentido en arroz juega un papel fundamental pues constituye la base de la alimentación para las ¾ partes de la población mundial y aporta el 27% de la energía total diaria de la dieta, así como el 20% de las proteínas (Sanint, 2004).
En pos de la erradicación de la pobreza y de una mayor seguridad y sustentabilidad de alimentos, el progreso de la investigación y tecnología agrícola es fundamental. El progreso tecnológico puede contribuir a generar alimentos y productos agrícolas en mayor número, con mayor seguridad y calidad, a menor costo y menos desgaste de recursos naturales (Alexandratos, 1995). Para el Foro Latinoamericano de Arroz de Riego (FLAR), una de las mayores preocupaciones, es si las técnicas actuales de producción de arroz, serán capaces de hacer frente a la demanda y contribuir efectivamente a la mitigación a la pobreza rural y a la reducción de la degradación del medio ambiente (FLAR, 2002 a).
En Cuba el Programa Arrocero antes del derrumbe del campo socialista contaba con la producción especializada, o sea, las empresas estatales; con la desaparición del Consejo de ayuda Mutua Económica (CAME) dejaron de entrar los insumos, maquinarias y piezas de repuestos para la producción de arroz, lo que significó una notable reducción de los volúmenes productivos; ante esta situación el Ministerio de la Agricultura (MINAGRI) inició el Programa de Desarrollo de Arroz Popular con el propósito de lograr incrementos productivos, asegurar la autosatisfacción familiar e institucional y posibilitar su permanencia en los mercados agropecuarios, mediante la incentivación de este modelo basado en la utilización de mínimos insumos (Alemán et al., 2002).
La producción actual de arroz apenas satisface entre el 55 y el 60% de la demanda nacional (Socorro et al., 2005), que según el Grupo Agroindustrial Pecuario Arrocero (GAIPA) asciende a unas 600 mil toneladas de arroz consumo, equivalentes a un millón de toneladas de arroz cáscara seco aproximadamente (GAIPA, 2003). Por las vías del sector estatal no se ha podido resolver el problema del autoabastecimiento, sin embargo, el Estado cubano ha puesto su confianza en el sector no especializado (popularización), el cual garantiza una producción más estable con mínimas necesidades de recursos (Alemán et al.; Almarales et al.; Cabello et al., 2005).
A nivel nacional se cultivan más de 200 mil hectáreas anuales (Hernández et al., 2005), en dos campañas de siembra, logrando una producción superior a las 800 mil toneladas de arroz cáscara, con un rendimiento promedio de 3.32 t.ha-1, pese al potencial productivo de las variedades obtenidas por el Programa Nacional de Mejoramiento Genético y de la existencia de tecnologías capaces de garantizar satisfactorios resultados.
En el sector especializado se cosechan unas 93645 ha (promedio 2000 – 2003) anuales con una producción superior de 270 mil toneladas, para un rendimiento de 2.5 t.ha-1 (GAIPA, 2003). El sector no especializado por su parte en el año 2003 superó las 150 mil hectáreas y las 500 mil toneladas de paddy, logrando un rendimiento de 3.55 t.ha-1 (Cabello et al., 2005)
Por lo que no basta con obtener nuevas variedades, tiene que existir el conocimiento de la adaptabilidad de estas a los diferentes tipos de regiones existentes en el país, por citar un ejemplo, una variedad de excelente comportamiento, obtenida mediante hibridaciones en la Estación Experimental del Arroz “Los Palacios”, cuando se cultiva en otra región del país, con diferentes condiciones edafoclimáticas no se obtienen los mismos resultados, claro que a estos investigadores se le dificultaría muchísimo validar su buen comportamiento agronómico en todas las condiciones de producción existentes en la geografía cubana.
En la Resolución Económica del V Congreso del PCC se plantea como perspectiva de la economía nacional:
“El sector agropecuario tendrá en cuenta las ventajas particulares de cada región – incluyendo el clima y la cultura productiva – para la producción de alimentos básicos en cuyo aseguramiento debemos concentrarnos”, y enfatiza: “La producción de arroz deberá crecer significativamente con miras a ir avanzando en la sustitución de importaciones, a partir de la recuperación paulatina de la tecnología y las obras de infraestructura, una adecuada composición de variedades, un incremento de la eficiencia en el empleo oportuno de los recursos, incluida el agua, y la disciplina agrotécnica.”
Esta visión exige de un aprovechamiento óptimo de los recursos disponibles en función de una producción que constituye un componente básico de la dieta del cubano.
El avance arrocero del país necesita de un desarrollo gradual y sostenido de rendimientos agrícolas que se logra, entre otras cuestiones, sobre la base del conocimiento de las características y propiedades de los suelos.
Uno de los problemas que afecta el proceso de producción en la agricultura contemporánea lo constituye la salinización de los suelos, especialmente en las áreas arroceras sometidas a riego y los bajos rendimientos del cultivo (Martín, 1995). La salinidad es uno de los fenómenos agroquímicos más difundidos en el mundo, siendo una de las causas de la disminución de los rendimientos agrícolas y de las pérdidas de grandes extensiones de suelo, problema que cada día cobra importancia ya que los suelos se hacen más improductivos, reflejándose de forma negativa en el crecimiento y desarrollo de las plantas desde los primeros estadios (Ponnamperuma, 1980; Navudin, 1985; Baye-Klein, 1986).Teniendo en cuenta lo antes planteados se propone a investigar el siguiente Problema Científico: Insuficiente número de variedades de arroz (Oryza sativa, L) de conocida adaptabilidad para las condiciones de clima y suelo de la CCS Valle de Dumañueco del municipio Manatí.
Objeto de Investigación: El comportamiento fisiológico en variedades de arroz (Oryza sativa, L).
Materiales y Métodos
Se realizó un experimento de campo en áreas de la CCS “Valle de Dumañueco” del municipio Manatí, provincia Las Tunas, en el período comprendido desde el 7 de febrero de 2009 al 2 de julio de 2009. Se evaluaron 5 variedades de arroz (Oryza sativa, L). Se utilizó un diseño experimental completamente aleatorizado con 3 tratamientos constituidos por las variedades siguientes: IAC 27, IAC 33, SELECCIÓN 3, IR 52, IAC 35. Se empleó una parcela de cuatro metros de largo por cuatro metros de ancho para cada variedad, desechando un metro por cada arista de la parcela, separando las mismas por una franja de un metro.
El experimento se desarrolló en suelo Pardo Ócrico con Carbonato.
Características del suelo.
Según Leyva, (2008) estos suelos se presentan con un perfil genético Ap,(B),C, formado sobre rocas calizas sedimentarias, atendiendo a sus propiedades morfológicas por los altos contenidos de arcilla mormolinolita estos suelos presentan poca porosidad, agregados en bloques duros secos y compactos, poca aereasión, alta reacción al ácido clorhídrico (HCL), el pH se encuentra entre un rango de neutro a ligeramente alcalino con la profundidad, los contenidos de materia orgánica son bajos lo que provoca una actividad biológica eficiente ó inadecuada.
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